miércoles, 30 de abril de 2008

Lecturas selectivas de un diario

"2o (de octubre de 1661) (domingo).
Muy molesto por una costumbre que mi criado Will ha tomado, de estar con el sombrero puesto en casa, pero no le hablaré de ello hoy, pues temo enfadarme con su orgullo y holgazanería, aunque en otras cosas es bastante bueno."

"25 (de octubre de 1661).
Le di a Will una buena lección por sau olvido del respeto debido a los dueños de la casa."
Samuel Pepys, Diario, Buenos Aires, Espasa Calpe, 1954 (Prólogo, selección y traducción de Antonio Dorta)


"L'ambiguïté fondamentale d'un journal intime est qu'il se prétend intime, c'est à dire secret, alors qu'il s'écrit pour un public. L'acteur feint d'être seul sur la scéne; mais le rideau est leveé et il le sait. (...) Rien de tel avec le journal de Pepys; et cela por deux raisons simples: i) Pepys ne le destinait pas à la publication, il le rédigeait en langue secret incompréhensible (du moins croyait-il) por tout autre que lui (...) ii) Il n'était pas animé par le désir de se connaître, de decouvrir sa verité."
Jean-Louis Curtis, "Préfacio" a Journal de Samuel Pepys (traducción de Renée Villoteau), París, Mercure de France, 1985.

Esta selección del Diario de Pepys no recoge ninguna entrada de los días 20 y 25 de octubre de 1661.

martes, 29 de abril de 2008

Will Hewer recibe la merecida lección aplazada

Friday 25 October 1661

This day I did give my man Will a sound lesson about his forbearing to give us the respect due to a master and mistress.

Graves preocupaciones con Will Hewer

Sunday 20 October 1661

(Lord’s day). At home in bed all the morning to ease my late tumour, but up to dinner and much offended in mind at a proud trick my man Will hath got, to keep his hat on in the house, but I will not speak of it to him to-day; but I fear I shall be troubled with his pride and laziness, though in other things he is good enough. To church in the afternoon, where a sleepy Presbyter preached, and then to Sir W. Batten who is to go to Portsmouth to-morrow to wait upon the Duke of York, who goes to take possession and to set in order the garrison there. Supped at home and to bed.

El arte de la Memoria

El Arte de Memoria hace cosas, que parecen prodigiosas en la repetición de un gran número de voces, aunque sean inconexas, y no significativas; pero que es enteramente inútil para las Ciencias, y otros usos humanos: así, que sólo sirve para ostentación, y juego: del lugar de las Memorias de Trevoux no me acuerdo. Bacon lo dice en el lib. 5 de Augment. Scient. cap. 5. Repito, que es bien verisímil lo que dicen estos Autores; pues cuando desprecian la Arte de Memoria como inútil, no le confesarían aquel admirable efecto, no siendo muy cierto.
¿Pero cómo se puede conciliar lo uno con lo otro? Quien puede repetir quinientas, o mil voces leídas, u oídas una vez, podrá repetir tres, o cuatro hojas de un libro, una vez que las lea... ¿Pues cómo puede menos de ser ésta una gran ventaja para la adquisición de las Ciencias? Diré lo que entiendo en el caso. Todos los que explican por mayor el Arte de Memoria, dicen, que éste consiste, lo primero, en fijar en la imaginación cierta multitud de partes de algún todo material, como las de un Edificio; las cuales partes sirven de lugares, o nichos, por donde se van distribuyendo por su orden las voces, o especies que se van leyendo, u oyendo, y que después, repasando mentalmente aquellos lugares por su orden, ellos mismos, presentados al entendimiento, van excitando sucesivamente la reminiscencia de las cosas, que se colocaron en ellos. De suerte, que, como los mismos Autores afirman, esto viene a ser como una escritura, o lección mental. Estámpase por medio de aquel artificio los caracteres en la imaginación, y después se van leyendo en ella, según el orden arbitrario que se les quiere dar, empezando por cualquier parte el edificio, y prosiguiendo en orden, o directo, o retrógrado; como el que lee la página de un libro, empezará por la voz que quisiere, e irá leyendo, o hacia delante, o hacia atrás, como se le antojare.
Puesto esto así, me parece que en esta escritura, o página mental, necesariamente ha de suceder lo que en aquel cartón aderezado, de que usan los Músicos para ensayar sus composiciones; esto es, que si después de ocuparle todo con alguna composición, quieren estampar otra en él, es preciso borrar enteramente la anterior. Pongamos, que todos aquellos lugares imaginarios, o imaginados, están ocupados con una larga serie de voces, y que se quiera estampar en ellos otra serie distinta. Esto no puede ser sino de uno de dos modos, o bien echando fuera los caracteres de la primera serie, o bien cubriéndolos (que es lo mismo que borrarlos) con los de la segunda; y tanto uno como otro, viene a ser un total olvido de ellos. De este modo se entiende bien, que la Memoria artificial sirva para la ostentación de repetir muchos centenares de voces, o muchas páginas de un libro; y con todo sea enteramente inepta para las Ciencias, y otros usos convenientes a la vida humana, porque nunca se sabrá en virtud de ella, sino lo que se aprendió el último día.

lunes, 28 de abril de 2008

Él (coleccionista)










Gilles G. Jobin. Al fondo, partituras en el piano.

Gilles G. Jobin s'est initié à la lecture vers l'âge de 11 ou 12 ans en feuilletant les pages de L'Île mystérieuse, de Jules Verne, un livre offert en cadeau par une tante..
Il a adoré cette première rencontre avec les mots, cette première sortie avec la prose française. Mais plus tard, l'école a bien failli gâché ce premier élan. A cause de la lecture forcée. Il n'a pas apprécié, au début de son primaire, se retrouver avec Pieds nus dans l'aube entre les mains.
Cet internaute de la première heure, enseignant... en mathématiques, a gardé un souvenir pénible de l'enseignement du français qu'il a reçu. Mais ce qu'il a voulu apprendre et qu'on n'a pu lui montrer, il l' trouvé lui-même, dans les livres. Et, surtout, son goût pour la lecture a traversé cette «épreuve».
L'homme derrière Au fil de mes lectures a accepté de répondre aux questions de Livresse. Voici donc ses réponses à cette intrusion dans son intimité littéraire. Léalas en
http://www.livresse.com/Nouvelles/000311-jobin.htm

Coleccionista de citas

Au fil de mes lectures
http://www.gilles-jobin.org/citations/

Je collectionne depuis toujours les citations. Voici une sélection de celles que j'ai relevées au fil de mes lectures. Elles ne se retrouvent, pour la plupart, dans aucune collection déjà publiée.Vous avez des commentaires, des suggestions, des corrections à apporter ? N'hésitez surtout pas à m'écrire ! Si la petite histoire entourant la création de cette page vous intéresse, vous la trouverez ici.

Hoy contenía 17738 citas de 591 autores.

viernes, 25 de abril de 2008

Palabras

Fuimos luego a la escuela de idiomas, donde tres profesores celebraban consulta sobre el modo de mejorar el de su país.
El primer proyecto consistía en hacer más corto el discurso, dejando a los polisílabos una sílaba nada más, y prescindiendo de verbos y participios; pues, en realidad, todas las cosas imaginables son nombres y nada más que nombres.
El otro proyecto era un plan para abolir por completo todas las palabras, cualesquiera que fuesen; y se defendía como una gran ventaja, tanto respecto de la salud como de la brevedad. Es evidente que cada palabra que hablamos supone, en cierto grado, una disminución de nuestros pulmones por corrosión, y, por lo tanto, contribuye a acortarnos la vida; en consecuencia, se ideó que, siendo las palabras simplemente los nombres de las cosas, sería más conveniente que cada persona llevase consigo todas aquellas cosas de que fuese necesario hablar en el asunto especial sobre que había de discurrir. Y este invento se hubiese implantado, ciertamente, con gran comodidad y ahorro de salud para los individuos, de no haber las mujeres, en consorcio con el vulgo y los ignorantes, amenazado con alzarse en rebelión si no se les dejaba en libertad de hablar con la lengua, al modo de sus antepasados; que a tales extremos llegó siempre el vulgo en su enemiga por la ciencia. Sin embargo, muchos de los más sabios y eruditos se adhirieron al nuevo método de expresarse por medio de cosas: lo que presenta como único inconveniente el de que cuando un hombre se ocupa en grandes y diversos asuntos se ve obligado, en proporción, a llevar a espaldas un gran talego de cosas, a menos que pueda pagar uno o dos robustos criados que le asistan. Yo he visto muchas veces a dos de estos sabios, casi abrumados por el peso de sus fardos, como van nuestros buhoneros, encontrarse en la calle, echar la carga a tierra, abrir los talegos y conversar durante una hora; y luego, meter los utensilios, ayudarse mutuamente a reasumir la carga y despedirse.
Mas para conversaciones cortas, un hombre puede llevar los necesarios utensilios en los bolsillos o debajo del brazo, y en su casa no puede faltarle lo que precise. Así, en la estancia donde se reúnen quienes practican este arte hay siempre a mano todas las cosas indispensables para alimentar este género artificial de conversaciones.
Otra ventaja que se buscaba con este invento era que sirviese como idioma universal para todas las naciones civilizadas, cuyos muebles y útiles son, por regla general, iguales o tan parecidos, que puede comprenderse fácilmente cuál es su destino. Y de este modo los embajadores estarían en condiciones de tratar con príncipes o ministros de Estado extranjeros para quienes su lengua fuese por completo desconocida.

Mariposas

Melitaea athalia

Mariposa de envergadura de 32-40mm. Es parecidísima a Melitaea deione, pero la diferencia básica es que Melitaea athalia suele tener un borde interno oscuro muy marcado de las lúnulas submarginales de E2 y E3 del reverso de las alas anteriores, marca de la que carece Melitaea deione; no obstante, este carácter no es determinante para distinguir ambas especies, que sólo pueden identificarse con seguridad mediante el análisis del andropigio: Melitaea deione presenta un pene cuyo ápice termina en una uña fina, mientras que el de Melitaea athalia termina en una uña gruesa en forma de “proa de buque”. También es similar a Melitaea parthenoides, que siempre es de menor talla que Melitaea athalia; además el andropigio de Melitaea parthenoides muestra un uncus terminado en dos apéndices en forma de pinzas. Otra especie con que podría confundirse es Melitaea diamina, que suele ser muchos más oscura, y cuyo andropigio muestra unas valvas con unas expansiones en forma de “cola de pez” absolutamente representativas, que no tiene Melitaea athalia. Se ignora si le habría gustado ser tan diminuta como la Cupido minimus, lo que la habría hecho prácticamente inconfundible, o sólo confundible con ésta.

Vuela desde mediados de mayo hasta finales de julio, sin mostrar preferencia por los días soleados. Frecuenta praderías y zonas de matorral, pero no las panaderías. Se halla desde el nivel del mar hasta 1600m. Sus plantas nutricias pueden ser Plantado, Centaurea o Digitalis. A diferencia de los ejemplares adultos de Cacyreus marshalli, no revolotea entre las macetas de geranios. Rehuye los excrementos, lo que la distingue de la Apatura iris, que acostumbra a volar sobre las copas de los árboles y rara vez baja al suelo, aunque se la puede atraer con fruta podrida, quesos muy olorosos, excrementos y, en general, materia orgánica en descomposición. No gusta de las charcas ni de las turberas, tampoco de los canchales y roquedos. No cuenta, a diferencia de la Laesopis roboris cuando se reúnen de día en grupos bajo piedras y hojas, con la asistencia de las hormigas, que gustan de alimentar a las orugas de Maculinea alcon hasta que pupan; Maculinea alcon es distinta de Maculinea arion, cuyas orugas devoran larvas de hormiga.

miércoles, 23 de abril de 2008

martes, 22 de abril de 2008

Otros 22 de abril

1662
After taking leave of my wife, which we could hardly do kindly, because of her mind to go along with me, Sir W. Pen and I took coach and so over the bridge to Lambeth, W. Bodham and Tom Hewet going as clerks to Sir W. Pen, and my Will for me. Here we got a dish of buttered eggs, and there staid till Sir G. Carteret came to us from White Hall, who brought Dr. Clerke with him, at which I was very glad, and so we set out, and I was very much pleased with his company, and were very merry all the way… . [What was censored here? D.W.] We came to Gilford and there passed our time in the garden, cutting of sparagus for supper, the best that ever I eat in my life but in the house last year. Supped well, and the Doctor and I to bed together, calling cozens from his name and my office.

1663
Up betimes and to my office very busy all the morning there, entering things into my Book Manuscript, which pleases me very much. So to the Change, and so to my uncle Wight’s, by invitation, whither my father, wife, and Ashwell came, where we had but a poor dinner, and not well dressed; besides, the very sight of my aunt’s hands and greasy manner of carving, did almost turn my stomach. After dinner by coach to the King’s Playhouse, where we saw but part of “Witt without mony,” which I do not like much, but coming late put me out of tune, and it costing me four half-crowns for myself and company. So, the play done, home, and I to my office a while and so home, where my father (who is so very melancholy) and we played at cards, and so to supper and to bed.

1664
Having directed it last night, I was called up this morning before four o’clock. It was full light enough to dress myself, and so by water against tide, it being a little coole, to Greenwich; and thence, only that it was somewhat foggy till the sun got to some height, walked with great pleasure to Woolwich, in my way staying several times to listen to the nightingales. I did much business both at the Ropeyarde and the other, and on floate I discovered a plain cheat which in time I shall publish of Mr. Ackworth’s. Thence, having visited Mr. Falconer also, who lies still sick, but hopes to be better, I walked to Greenwich, Mr. Deane with me. Much good discourse, and I think him a very just man, only a little conceited, but yet very able in his way, and so he by water also with me also to towne. I home, and immediately dressing myself, by coach with my wife to my Lord Sandwich’s, but they having dined we would not ‘light but went to Mrs. Turner’s, and there got something to eat, and thence after reading part of a good play, Mrs. The., my wife and I, in their coach to Hide Parke where great plenty of gallants, and pleasant it was, only for the dust. Here I saw Mrs. Bendy, my Lady Spillman’s faire daughter that was, who continues yet very handsome. Many others I saw with great content, and so back again to Mrs. Turner’s, and then took a coach and home. I did also carry them into St. James’s Park and shewed them the garden. To my office awhile while supper was making ready, and so home to supper and to bed.

domingo, 20 de abril de 2008

Retrato

Incluso físicamente tendía a escabullirse, a desaparecer, a borrarse. Malnate y yo nos sentábamos generalmente frente a frente, en el centro de la estancia, uno en el diván y el otro en uno de los dos sillones, con la mesita en medio y estando bien iluminados los dos; y una vez sentados, no nos levantábamos, prácticamente, más que para entrar en el cuarto de baño contiguo al dormitorio o para ir a mirar el estado del tiempo a través de los cristales del ancho ventanal horizontal que daba al parque. Alberto, por el contrario, prefería permaneces allá abajo, en el fondo, protegido por la doble barricada del escritorio y del tablero de dibujo. Más a menudo, sin embargo, le veíamos rondar de uno a otro lado por la habitación, de puntillas y con los codos apretados al cuerpo. Cambiaba uno tras otro los discos de la radiogramola, procurando siempre que el volumen del sonido no cubriese nuestras voces; vigilaba los ceniceros, cuidando de vaciarlos en el cuarto de baño, cuando estaban llenos; regulaba la intensidad de las luces indirectas; preguntaba en voz baja si queríamos un poco más de té, o rectificaba la posición de tal o cual objeto. Tenía el aspecto atareado y discreto de dueño de casa preocupado únicamente por una cosa: que los importante cerebros de los huéspedes tengan latitud de funcionar en las mejores condiciones de ambiente posibles.

viernes, 18 de abril de 2008

Caminos principales y caminos laterales


Buenos propósitos

Escribir crítica es un empleo a tiempo completo con un sueldo de media jornada, un oficio en el cual nuestro mejor trabajo siempre está sometido a la crítica de algún otro, en el que los triunfos son efímeros y sólo la esclavitud de la tarea es permanente, y en el que el futuro no ofrece nada seguro, excepto la certeza de acabar convertido en un gacetillero. Hay días en que un crítico se parece más y más a ese robot que hay en el muelle de Brighton, que engatusa a los paseantes con una metálica voz subhumana y, cuando éstos echan una moneda, les ofrece una cartulina con una crítica llena de lugares comunes y comentarios irrelevantes. Puede decir de sus libros como el reloj de sol dice de las horas: “Vulnerat omnes; ultima necat” [Todas hieren; la última mata]. ¿Quién sino el mejor de los críticos sería el peor de los novelistas e idearía entre noviembre y abril una novela con los excesos que ha cometido entre mayo y octubre?

De la permanencia del disgusto

Siempre me he sentido disgustado conmigo mismo en cualquier momento determinado. La totalidad de tales momentos constituye mi vida

Desassossego

Os sentimentos que mais doem, as emoções que mais pungem, são os que são absurdos - a ânsia de coisas impossíveis, precisamente porque são impossíveis, a saudade do que nunca houve, o desejo do que poderia ter sido, a mágoa de não ser outro, a insatisfação da existência do mundo.
Todos estes meios tons da consciência da alma criam em nós uma paisagem dolorida, um eterno sol-pôr do que somos. O sentirmo-nos é então um campo deserto a escurecer, triste de juncos ao pé de um rio sem barcos, negrejando claramente entre margens afastadas.

Desasosiego

Los sentimientos que más duelen, las emociones más punzantes, son los que son absurdos -el ansia de cosas imposibles, precisamente porque son imposibles, la saudade de lo que nunca fue, el deseo de lo que podría haber sido, la pena de no ser otro, la insatisfacción de la existencia del mundo. Todos estos medios tonos de la conciencia del alma crean en nostros un paisaje dolorido, un eterno ocaso de lo que somos. El sentirnos es entonces un campo desierto al oscurecer, con tristeza de juncos al pie de un río sin barcos, negreando claramente entre orillas separadas.

Desasosiego

Los sentimientos que más duelen, las emociones que más afligen, son los que son absurdos —el ansia de cosas imposibles, precisamente porque son imposibles, la añoranza de lo que jamás ha existido, el deseo de lo que podría haber sido, la pena de no ser otro, la insatisfacción de la existencia del mundo. Todos estos mediostonos de la conciencia del alma crean en nosotros un paisaje dolorido, una eterna puesta de sol de lo que somos. El sentirnos es entonces un campo desierto al oscurecer, triste de juncos al pie de un río sin barcos, negreando claramente entre márgenes alejadas

¿Qué diría Espinosa?

Il y a deux sortes de pitié. L’une, molle et sentimentale, qui n’est en réalité que l’impatience du cœur de se débarrasser le plus vite de la pénible émotion qui vous étraint devant la souffrance d’autrui, qui n’est pas du tout la compassion, mais un mouvement instinctif de défense de l’âme contre la souffrance étrangère. Et l’autre, la seule qui compte, la pitié non sentimentale mais créatrice, qui sait ce qu’elle veut et est décidée à persévérer jusqu’à l’extrême limite des forces humaines

¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós, regocijados amigos; que yo me voy muriendo, y deseando veros presto contentos en la otra vida!

Borges sobre Baudelaire

La cursilería gusta… es la piedra de toque para saber si una persona entiende algo de poesía.

I
Bientôt nous plongerons dans les froides ténèbres;
Adieu, vive clarté
de nos étés trop courts!
Ce bruit mystérieux sonne comme un départ.
II
Amante ou soeur, soyez la douceur éphémère
¡ !
Ah! mon front posé sur vos genoux
Goûter de
l’arrière-saison le rayon jaune et doux!

Arroyos de truchas, nudo de víboras

Una vez hubo truchas en los arroyos de la montaña. Podías verlas en la corriente ambarina allí donde los bordes blancos de sus aletas se agitaban suavemente en el agua. Olían a musgo en las manos. Se retorcían, bruñidas y musculosas. En sus lomos había dibujos vermiforme que eran mapas del mundo en su devenir. Mapas y laberintos. De una cosa que no tenía vuelta atrás. Ni posibilidad de arreglo. En las profundas cañadas donde vivían todo era más viejo que el hombre y murmuraba misterio.
En el lindero de un campo en invierno entre hombres rudos. La edad del chico ahora. O un poco mayor. Observando cómo abrían el rocoso suelo de la ladera con pico y azadón y exhumaban toda una papilla de serpientes, quizá un centenar. Reunidas allí para darse calor unas a otras. Aquellos tubos pálidos empezando a moverse perezosamente a la fría y dura luz. Como intestinos de alguna bestia enorme expuestos al día. Los hombres les echaron gasolina encima y las quemaron vivas, no teniendo ningún remedio para el mal sino sólo para la imagen del mismo tal como ellos lo concebían. Las serpientes inmoladas se retorcían horriblemente y algunas cruzaban el suelo de la gruta iluminando con sus cuerpos en llamas los lugares más recónditos. Dado que eran mudas no hubo gritos de dolor y los hombres en un silencio similar las vieron arder y contorsionarse y volverse negras y en silencio se dispersaron en el crepúsculo invernal cada cual con sus pensamientos camino de la casa y la cena respectivas.

La vida en llamas

Hace algunos años, poco antes de que nos separásemos, una noche del verano más caluroso que yo pueda recordar, mi mujer y yo estábamos sentados en el porche de nuestra casa cuando un hombre envuelto en llamas penetró en el jardín, pasó ante nuestros ojos asombrados moviendo los brazos como si estuviera dirigiendo una orquesta invisible y se arrojó a la pequeña piscina que, en ratos perdidos, yo había ido construyendo para mis hijos con las mismas manos con que ahora escribo estas páginas.

Moda primavera-otoño (según el hemisferio)

I
Bientôt nous plongerons dans les froides ténèbres;
Adieu, vive clarté de nos étés trop courts!

Ce bruit mystérieux sonne comme un départ.

II
Amante ou soeur, soyez la douceur éphémère

¡

Ah! mon front posé sur vos genoux
Goûter de l’arrière-saison le rayon jaune et doux!

Clavicordio ocular

Siguiendo a Newton, aunque criticando sus postulados de la física de los colores, el padre jesuita Louis-Bertrand Castel inventaba en París su famoso “clavicordio ocular”. Mucho antes de que las vanguardias de principios del siglo XX se apropiaran de la temática de la movilidad, el padre Castel intentaba producir “unas magias cromáticas abstractas que se manifestaban en la temporalidad de una contemplación ya no estable sino cambiante, a la medida del insaciable afán de curiosidad del espectador moderno.” Para este fin, su “clavicordio ocular” contaba con un teclado cuyas teclas activaban unas láminas de tela finísimas, impregnadas de distintos colores que, respondiendo a una nota, pasaban ante una llama que impulsaba una proyección espectral de luz coloreada.

Hablan de nosotros

Certainly, if money,could have been raised upon the book, Robert Herrick would long ago have sacrificed that last possession; but the demand for literature, which is so marked a feature in some parts of the South Seas, extends not so far as the dead tongues; and the Virgil, which he could not exchange against a meal, had often consoled him in his hunger. He would study it, as he lay with tightened belt on the floor of the old calaboose, seeking favourite passages and finding new ones only less beautiful because they lacked the coinsecration of remembrance. Or he would pause on random country walks; sit on the path side, gazing over the sea on the mountains of Eimeo; and dip into the Aeneid, seeking sortes. And if the oracle (as is the way of oracles) replied with no very certain nor encouraging voice, visions of England at least would throng upon the exile’s memory: the busy schoolroom, the green playing-fields, holidays at home, and the perennial roar of London, and the fireside, and the white head of his father. For it is the destiny of those grave, restrained and classic writers, with whom we make enforced and often painful acquaintanceship at school, to pass into the blood and become native in the memory; so that a phrase of Virgil speaks not so much of Mantua or Augustus, but of English places and the student’s own irrevocable youth.

Imprecación

Ninguno de vosotros verá mañana el día… ¿Estáis a bien con el Señor? ¿Conoció tu yunta buey y asno jun­tos? ¿Y tu cuerpo vestido de lana y lino? ¿Extraviásteis alguna vez a un ciego? ¿Sabéis cuantas son dos tórtolas más dos pichones? Vosotros, los que no distinguen una driza de un rizo, ni un briol de una bolina, merecéis que os arrojen al mar, así como a alguno de vuestros alimentos, el cerdo, que tiene la pezuña dividida y el pie hedido, pero no rumia, o el camello, que rumia, pero al que no se le ve dividida la pezuña. Cómaos el tiburón, abominable pez sin descanso, que tiene aletas pero no escamas…

Lea

y obtendrá poco a poco un dibujo. Cambiante, como el humor o las estaciones o la edad.

centón.
(Del lat. cento, -ōnis).
1. m. Manta hecha de gran número de piezas pequeñas de paño o tela de diversos colores.
2. m. Manta grosera con que antiguamente se cubrían las máquinas militares.
3. m. Obra literaria, en verso o prosa, compuesta enteramente, o en la mayor parte, de sentencias y expresiones ajenas.

Centonem uocant, qui primi hac concinnatione luserunt. Solaememoriae negotium sparsa colligere et integrare lacerata: quod rideremagis, quam laudere possis. (Ausonio)

Le nom de centon vient des premiers qui se sont amusés à cette sorte de composition. C’est uniquement affaire de mémoire que de ramasser de tous côtés des fragments et de recréer un ensemble à partir de lambeaux, travail digne de rires plus que d’éloges. (Ausonio)