viernes, 18 de abril de 2008

La vida en llamas

Hace algunos años, poco antes de que nos separásemos, una noche del verano más caluroso que yo pueda recordar, mi mujer y yo estábamos sentados en el porche de nuestra casa cuando un hombre envuelto en llamas penetró en el jardín, pasó ante nuestros ojos asombrados moviendo los brazos como si estuviera dirigiendo una orquesta invisible y se arrojó a la pequeña piscina que, en ratos perdidos, yo había ido construyendo para mis hijos con las mismas manos con que ahora escribo estas páginas.

No hay comentarios: